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¿MUNDO INFERTIL EN 2045?

Acabo de encontrarme con un artículo en The Guardian, cuyo título captó mi atención, pues enunciaba que la mayoría de las parejas necesitarán reproducción asistida en el año 2045. Todo el artículo no tiene desperdicio y lo que menciona me resulta realmente alarmante. Así que os comparto algunos apartados que considero importante saber.

 

El artículo es una entrevista a Shanna Swan, profesora  de medicina medioambiental del Mount Sinai school of medicine de Nueva York, quien se dedica a estudiar las tendencias de fertilidad en occidente.

 

En la entrevista ella responsabiliza directamente a los disruptores endocrinos por la disminución de la fertilidad que es cada vez más común en occidente. Entre las sustancias que menciona, la que para ella genera más preocupación son los ftalatos, los cuales se utilizan para hacer que el plástico sea blando y flexible. Ella nos dice que esta sustancia está presente en todo el mundo y la mayor exposición es probable que se haga a través de los alimentos, ya que utilizamos plástico blando en  toda la cadena (fabricación, procesamiento y envasado de alimentos). Estas sustancias disminuyen la testosterona y, por tanto, influyen más en el lado masculino disminuyendo el recuento de esperma. En la mujer se ha demostrado que disminuyen la libido y aumentan el riesgo de pubertad precoz, fallo ovárico prematuro, aborto y parto prematuro.

 

Otra sustancia preocupante es el bisfenol A (BPA), utilizado para endurecer el plástico y que se encuentra en los recibos de caja que te dan en los supermercados (así que deja de utilizar estos recibos como bolitas desestresantes) y en el revestimiento de algunos envases de comida enlatada. El BPA es un imitador de los estrógenos, por lo que es especialmente perjudicial para las mujeres, ya que aumenta el riesgo de problemas de fertilidad. En los hombres expuestos profesionalmente al BPA se ha observado una disminución de la calidad del esperma, una reducción de la libido y mayores índices de disfunción eréctil. Otras sustancias químicas preocupantes son los retardantes de llama y ciertos pesticidas como la atrazina.

 

Algo que también llamó mi atención es lo que menciona sobre un indicador que se utiliza para identificar posibles problemas de fertilidad tanto en hombres como mujeres. Se trata de la distancia anogenital (DAG). Este indicador muestra la distancia entre el ano y los genitales y suele ser mucho más larga en los hombres que en las mujeres. La DAG es un indicador de la cantidad de andrógenos [hormonas sexuales masculinas, incluida la testosterona] a la que estuvo expuesto un bebé en el útero durante las primeras semanas de embarazo. En la entrevista, esta profesora nos cuenta que El DAG es un marcador tan importante de la salud reproductiva y de las alteraciones endocrinas que, si lo midiéramos en todos los bebés, podríamos saber algo sobre su futura fertilidad. Un AGD más corto en los hombres y más largo en las mujeres indica un menor éxito reproductivo. Algunas de las investigaciones en las que ha participado esta profesora muestran una relación directa entre los ftalatos en el cuerpo y una DAG más corta y a su vez, entre la DAG más corta y un bajo recuento de espermatozoides ¿Qué interesante y simple a la vez, verdad?

 

En cuanto a las tendencias de fertilidad para 2045, de acuerdo con la profesora, si sigues la curva del meta-análisis de disminución de esperma de 2017, esto predice que para 2045 tendremos una media de conteo de esperma igual a cero. Ella misma documentó en 2017 cómo el recuento medio de esperma entre los hombres occidentales se había reducido a más de la mitad en los últimos 40 años.

 

En cuanto al etiquetado, la profesora menciona aspectos muy importantes a tener en cuenta. Por ejemplo: si la etiqueta dice "libre de BPA" probablemente el artículo en cuestión no tenga BPA. Esto es algo bueno, sin embargo si la etiqueta no dice "libre de bisfenol", todavía podríamos estar expuestas a bisfenol S o F, que son unos sustitutos igualmente lamentables. Ella también nos invita a desconfiar del etiquetado "libre de ftalatos", ya que aunque puede estar libre de los antiguos y conocidos ftalatos, puede que no lo esté de los más nuevos. ¿No os enfada y genera impotencia este juego de nombres que nos llevan a la confusión, mientras seguimos expuestas a disruptores endocrinos que alteran nuestra fertilidad y nuestra salud hormonal en general? La gente debería enfadarse por la posibilidad de ser engañada de esta manera y presionar para que se produzca un cambio. Aunque la mejor presión, sin embargo, es simplificar el uso de productos. Aparte de un poco de champú sólido hecho con amor por alguna amiga artesana y de vez en cuando un poco de jabón artesana (si has leído bien, no necesitas enjabonarte todos los días según el Ayurveda y mi sentido común), casi todo lo demás lo puedes hacer tu con productos de tu cocina. Believe me!)

 

Como recomendación, ella nos dice que todas las personas, pero en especial las personas en edad reproductiva, y más aún aquellas que planean un embarazo o están embarazadas, deben ser conscientes de que todo lo que llevan a su casa tiene el potencial de contener estas sustancias químicas. Por lo que la mejor protección es sin duda consumir alimentos no procesados -un manojo de zanahorias, patatas cocinados por nosotras mismas- ya que esto reducirá la exposición a través del plástico. También nos recomienda no utilizar en la cocina teflón ni nada que tenga revestimientos, y por supuesto no calentar comida en recipientes o envoltorios de plástico en el microondas. En cuanto a los productos de cuidado personal y del hogar, la recomendación es utilizar un mínimo de productos sencillos, intentando evitar especialmente aquellos que estén perfumados; ya que los ftalatos se añaden para mantener el aroma.

 

Podéis acceder a la entrevista completa aquí