· 

EMPODERAMIENTO Y RESILIENCIA EN EL MUNDO RURAL

En esta ocasión en el ciclo de mujeres que sanan hablamos de otra manera de sanar, esta vez de la sororidad y del poder del grupo para gestionar las emociones en tiempos de pandemia. Este es un extracto de una entrevista telefónica realizada a Sandra, quien es una de las creadoras del proyecto “empoderamiento y resiliencia en el mundo rural”. Nos centraremos en la línea de trabajo orientada a la gestión emocional de las mujeres rurales en medio de la pandemia. Este proyecto se llevó a cabo en Sierra de Gata, Cáceres, y fue creado por Sandra y otras tres amigas: Marina, Marta y Lorena, todas ellas con mucha experiencia en proyectos sociales con mujeres.

 

El proyecto se gestó entre marzo y julio del 2020 y surgió como una búsqueda de espacios para el apoyo mutuo entre mujeres, frente a todos esos sentimientos y situaciones nuevas y antiguas que  salieron a flote durante los tiempos de pandemia del año 2020. El proyecto buscaba trabajar las emociones  utilizando como vehículo las expresiones artísticas, para la creación de espacios de apoyo para el empoderamiento y la sororidad en esta situación concreta en la que estamos inmersas en la actualidad.

 

Sandra, nos cuenta que todas las ideas se gestaron en reuniones online, en medio de procesos personales difíciles que lo convirtieron en un espacio bonito de encuentro y creación. Para ella, quien en ese entonces vivía en Euskadi, este proceso fue particularmente beneficioso, ya que la pandemia coincidió con un momento personal muy complicado en el que se juntó una difícil convivencia, inestabilidad laboral y el proceso de cáncer de su padre. Finalmente, este proyectó terminó siendo el motivo para volver a Cáceres su tierra natal, y poder no solo ejecutar el proyecto, sino pasar un tiempo más cerca de su familia,  en especial de su padre.

 

Sandra nos cuenta que durante el proceso de creación, ellas formaron un equipo pedagógico que se reunía cada jueves para pensar e imaginar cómo llevarían a cabo los 8 talleres que formarían parte del proyecto. Las herramientas elegidas fueron el psicodrama, el teatro de las oprimidas, la arteterapia y la comunicación no violenta a través de las cuales se trabajaron de forma vivencial diferentes emociones. Las temáticas elegidas incluyeron: el encuentro y reconocimiento, el autocuidado, la alegría, el miedo, la rabia, las pérdidas, la tristeza y finalmente la aceptación y el cierre. Durante los talleres, las mujeres pudieron crear su aprendizaje, a través del debate y sobre todo de la representación  corporal de sus duelos, sus tristezas y sus malestares. Todo esto les permitió compartir y construir un conocimiento colectivo que les hizo sentirse fuertes y animadas para sobrellevar mejor esta situación. Esto para Sandra fue muy gratificante y a su vez una gran oportunidad para ella misma poder trabajar sus propios dolores relacionados con esto.

 

Sobre los talleres, Sandra nos cuenta que las primeras 3 sesiones fueron más relajadas y alegres, mientras que la gran apertura ocurrió cuando llegó el turno de trabajar el miedo y la rabia. Se trabajaron y compartieron sentimientos muy profundos y de acuerdo con Sandra, para casi todas las participantes la pandemia despertó distintos elementos emocionales que fueron más allá de lo generado por el COVID y que tocaba diferentes esferas de su vida. Para ellas este tiempo terminó convirtiéndose en un proceso de aprendizaje  que les hizo replantear sus rutinas, cambiar su cotidianidad, y en medio de esto encontrar estrategias para generar momentos de felicidad. Por ejemplo, Sandra comenta que debido a las restricciones las personas del pueblo no tenían acceso a la piscina, lo cual era un problema, teniendo en cuenta que estaban con temperaturas de 40º en esa época del año. Sin embargo, aunque no había piscina, los ríos seguían abiertos, así que gracias a esta restricción, estas mujeres de 70 años volvieron a bañarse al río con sus amigas en verano, después de 40 años de no hacerlo, lo cual fue algo que vivieron con gran felicidad.

 

 

En la actualidad, la primera fase de este proyecto ya ha terminado, sin embargo dado el éxito alcanzado, Sandra y sus compañeras están trabajando en una segunda fase, para seguir profundizando y darle continuidad al proyecto.