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ACOMPAÑAR-HISTORIA DE UNA DOULA

Quiero contar un poco lo que es una doula, cuál es la versión oficial, pero sobre todo lo que significa para mí ser una. Contar un poco cómo ha sido hasta ahora mi camino del “doulear” y cómo entré en él. Soy mamá de dos niños que me tienen loca de amor. A ratos también loca de cansancio. Cuando supe que estaba embarazada de mi primer hijo, mi ser se llenó de emociones: vértigo, felicidad, nerviosismo, incertidumbre. Me reía nerviosa. Sucede que yo vivo a un océano y algo más de distancia de mi familia, de mi tierra y eso es algo que me pesa desde que entré en el mundo maternidad y me hizo más consciente de la importancia de sentirse acompañada en este proceso. Y aunque tengo un gran compañero y una buena red, me hizo falta mi gente, las mujeres con las que crecí. Cuando supe de la existencia de la doula algo hizo clic en mí. ¿Una mujer que acompaña a otra durante su embarazo, su parto y post parto? Qué interesante. Mientras más entraba en la maternidad, más conocía de este rol y más me gustaba, tanto, que después de tener a mi primer hijo me formé como doula, sabía que quería acompañar a mujeres. A la par, estaba embarazada de mi segundo hijo.

 

En este camino de doula, que siento que aún está en sus primeros pasos para mí, he podido ver por mí misma cómo puede cambiar nuestra experiencia de embarazo si nos sentimos acompañadas en ese torbellino de emociones, de información que leemos, la que no leemos, lo que nos dice nuestro interior y todo lo que nos dicen desde el exterior. Hoy en día, podemos comprobar lo bueno que es tener una doula con nosotras, porque hay estudios que confirman que el acompañamiento de una doula en el parto produce muchos beneficios: reduce el tiempo del trabajo de parto y el uso de analgesia, menor tasa de cesáreas, entre otros, como ha reconocido la propia OMS. Si tenemos una experiencia positiva de parto es más probable que tengamos un mejor post parto y una mejor disposición a iniciar el camino de la maternidad. Que nos sintamos más preparadas para ser mamás. Yo no tuve doula en mi primer embarazo, pero si cierro los ojos y recuerdo mi post parto, me gustaría haber tenido una doula acompañándome. Y eso que mi embarazo y parto fue una vivencia muy positiva para mí. En mi segundo embarazo tuve una doula maravillosa que estuvo desde antes del embarazo, siendo en ese momento mi doula pregestacional.

 

Uno de los aspectos que más me gusta de este rol de doula es que es muy diverso y que conecta con las profundidades de ser mujer. Entonces nos podemos encontrar con doulas de estilos e inclinaciones muy diferentes. Además, una doula puede estar presente en cada momento de la vida que necesite acompañamiento. ¿En todos? Puede ser. Hasta ahora sé que están las doulas “clásicas”, que acompañan a la mujer en los procesos relativos al embarazo. Pero en realidad las hay en todos los procesos de la mujer. Las puede haber en las pérdidas gestacionales o abortos, acompañando duelos perinatales, menarquías, menopausias, acompañando el transitar de cambios de género, embarazos en personas trans… No he sabido de doulas que acompañen procesos de duelo cuando muere un ser querido, pero creo que su presencia cabe también en esa situación. Parece ser que antiguamente como sociedad vivíamos más unidas, familias más extensas, vecinas más cercanos, se hacía más tribu. Hoy en día con la vorágine con la que avanza la vida y con la individualidad en la que nos encontramos a veces, se hace necesario tener otra persona al lado que esté ahí para nosotras. La maternidad es una fase de la vida que requiere el acompañamiento de otra y otras.

 

Es una ensalada de emociones y cambios que se nos caen en la cabeza y en nuestros cuerpos y a veces no sabemos qué hacer con ellas. Incluso teniendo un compañero o compañera que nos acompañe en el viaje hay momentos en que nos sentimos desbordadas. En esos momentos tener quien te escuche y esté ahí puede hacer la diferencia. ¿Qué hacemos exactamente? Decir que estamos ahí queda un poco en las nubes, lo aterrizo. Durante el embarazo tenemos encuentros con la mamá o la pareja para conversar cómo se siente, cómo va el camino de la gestación y se conversan las dudas. Las que son de competencia de la doula se hablan y las que son de ámbito sanitario se derivan (nosotras no somos personal sanitario). También se orienta en la elaboración del plan de parto si es que desean tener uno, se habla del parto, de los miedos, de las expectativas, del rol de la pareja y sobretodo se habla de lo que necesite la mamá, de lo que a ella le esté pasando. Estamos ahí cuando llega el momento del parto, apoyamos en la dilatación, damos masajes para ayudar con las sensaciones fuertes, acudiendo al hospital o a la casa, donde la mamá vaya a dar a luz. Visitamos a la familia en el post parto, apoyamos en ese momento que está un poco abandonado y sin embargo es vital sentirnos acompañadas en él, se ven dudas de la lactancia si es que es esa la opción que tomaron, se ayuda a generar red de apoyo con la tribu, se cuida al hermano mayor mientras se quiere duchar, etc. Son muchas las opciones que tenemos como doulas porque cada mujer es única y tiene sus propias necesidades, pueden ser algunas de las nombradas antes, todas ellas u otras diferentes. Lo bonito es acompañar en las decisiones que ellas tomen, en ese camino que elijan, con sus curvas, baches y rectas calmas.

 

Creo que el acompañar a mujeres a estar más informadas sobre lo que nos pasa, más conscientes de nosotras mismas y de nuestros procesos trae beneficios positivos tanto para nosotras como para nuestras hijas e hijos. Y si ellas y ellos son más felices, el mundo es un mejor lugar para vivir. 

 

Si quieres contactar con Catalina y saber más sobre sus servicios puedes escribirle al siguiente mail: catavermehrenpsp@gmail.com