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LA FRUTA SAGRADA

Hoy os quiero hablar sobre una de las frutas que podemos disfrutar frescas en esta época del año y cuyo árbol nos aporta sombra para descansar tranquilamente disfrutando del calor del verano. Se trata del higo, la cual no es solo una fruta cargada de nutrientes, sino que también está cargada de historia y de propiedades para la salud e incluso es fundamental para la conservación del ecosistema.

 

Empecemos por sus cualidades nutritivas

 

Los higos tienen propiedades antibacteriales y antiparasitarias y son muy útiles para ayudar en la digestión, tratar hemorroides, controlar el estreñimiento crónico y bajar el colesterol.  Por su alto contenido en minerales son excelentes frutas para la salud de la mujer y se recomiendan como tratamiento para la piel y los fibromas uterinos. Con su alto contenido en calcio y fósforo, los higos ayudan a formar huesos fuertes y a protegernos frente a la osteoporosis (las mujeres tenemos 4 veces más probabilidades de padecer osteoporosis). Consumir solo 3 o 4 higos nos aportan 100 mg de calcio (10% de la cantidad diaria recomendada).

 

Protagonista a lo largo de la historia

 

Las grandes civilizaciones le han conferido al higo un lugar muy especial en su historia. Para los antiguos griegos y romanos los higos eran un regalo del cielo y consideraron a la higuera como un árbol sagrado, místico y símbolo de la fertilidad. Los higos eran un alimento básico para los griegos y los espartanos. De hecho los atletas griegos se alimentaban casi por completo de higos, ya que se creía que aumentaban su fuerza y rapidez.

 

En Egipto, los faraones llevaron higos secos a sus tumbas, para alimentar sus almas durante el viaje a la otra vida. Creían además que la diosa madre Hathor emergería de una higuera mítica, para darles la bienvenida al cielo. El rey Nabucodonosor II por su parte plantó la variedad Ficus carica en los jardines colgantes de Babilonia.

 

El higo como árbol sagrado

 

El higo es un fruto sagrado para algunas de las principales religiones, mencionándose en libros sagrados y sirviéndose en festividades religiosas. La importancia de este fruto es tal que sus propiedades sanadoras se mencionan en la Biblia. Cuando Ezequías, rey de Judá, estaba al borde de la muerte, logró recuperarse después que le aplicaran en su piel una pasta hecha a base de higos triturados.

 

Se cree que hay unas 750 especies diferentes de higos. Una de estas, la especie Ficus religiosa o higo sagrado es una especie nativa del subcontinente indio e Indochina y que también se conoce como árbol bodhi. Este es el árbol bajo el cual se cree que Buddha alcanzó la iluminación. Siglos más tarde, el emperador indio conocido como Ashoka el grande, le otorgó tratamiento de realeza a una rama que cortó de este árbol como regalo para el rey de Sri Lanka.  Se dice que la plantó en un florero de oro macizo de borde grueso, y la llevó el mismo hasta la Bahía de Bengala. Allí, su hija tomó la rama y la llevó a bordo de un barco hasta Sri Lanka para presentarla al rey. Ashoka amaba tanto la planta que se dice derramó lágrimas mientras la veía alejarse en el barco.

 

Su papel en la conservación del ecosistema

 

Los higos sostienen más especies de vida silvestre que cualquier otro tipo de fruta. Hay más de 1.200 especies que comen higos, incluyendo una décima parte de todas las aves del mundo, casi todos los murciélagos de frutas conocidos y decenas de especies de primates.

 

En Krakatoa Indonesia, cuando la vida quedó erradicada de la isla en 1883, por la erupción del volcán. Los higos fueron fundamentales para estimular la regeneración de áreas boscosas en la isla. Inspirados en esto, los científicos están replicando este efecto a lo largo del trópico, plantando higueras para acelerar la regeneración de la selva tropical en áreas donde se han perdido árboles debido a la tala.

 

En el noreste de India, la gente forma con las raíces del higo puentes naturales sobre los ríos,  para usarlos cuando llegan las temporadas de crecidas. Y en Etiopía, los agricultores utilizan los los higuerones para aportar sombra a los cultivos y forraje para las cabras.

 

 

Estos 80 millones de historia de los higuerones seguro nos hará disfrutar y apreciar más de esta fruta dulce y jugosa. Con suerte también nos inspirará a cuidar un poco más de esta y todas las especies que habitan la Tierra y que de seguro merecen también ser consideradas sagradas.